Para avivar la llama de los sueños y contagiar el amor por ese apasionante mundo habitado por el conocimiento y la disciplina, un grupo de trabajadores universitarios se reúne por estos días y diseña una estrategia de llegada a más chicos y chicas de la región que en la actualidad cursan sus estudios en el nivel secundario y, por diversas razones sociales y culturales, no cuenta en su horizonte de expectativas con el deseo de continuar una carrera de grado.

Si bien tras la cuarentena por la pandemia creció el número de ingresantes en la Universidad pública y particularmente en la UNICEN se destacó este incremento debido a la calidad de su prestación académica, desde la sede de Pinto y Chacabuco en Tandil, donde funciona el rectorado de la institución fundada por el pionero en educación Osvado Zarini, ya se trabaja para diseñar un plan de captación de más jóvenes.

La propuesta enmarcada en un trabajo interdisciplinario en equipo con representantes de las sedes de Azul, Olavarría y la sub Sede Quequén, tendría el lanzamiento de talleres para que los alumnos y las alumnas de las escuelas estatales conozcan cómo es la vida de los estudiantes en los diversos campus universitarios, las diversas líneas de ayudas con becas, la vida social de quienes ya ingresaron a la comunidad académica y todo lo que se requiera para achicar la distancia entre los potenciales ingresantes y las facultades.

“Obreros y estudiantes; todos juntos adelante”, parece ser la canción que vuelve a escucharse con esta iniciativa, que ayudará a derribar las barreras simbólicas que en ocasiones fueron impuestas sin tener en cuenta su declive cuando la prepotencia de los sueños colectivos se pone en marcha.

Bajo esta filosofía, que da cuenta del origen y el renovado horizonte universitario, la vicerrectora Alicia Spinello se reunió en Azul junto a compañeros y compañeras de las diversas unidades académicas de la “casa de altos estudios”, que hoy más que nunca para ser un puente para acercarnos y llegar más lejos.