La Asamblea Ciudadana en Defensa de las Sierras lanzó un comunicado denominado “hay que cambiar el modelo que envenena” para expresarse sobre la sesión Legislativa donde se votó la regulación del uso de agroquímicos.

En la misiva afirma:

De apuro y encerrados aprobaron una ordenanza horrible sobre uso de agrotóxicos. La argumentación de los ediles estuvo plagada de contradicciones.(Puede verse la sesión) 

Critican a la universidad por no fijar posición ¿Los concejales le pidieron a la UNICEN como institución que lo hiciera? ¿Quién se lo podría pedir sino el mismo cuerpo que trató la ordenanza?

La Doctora Canziani, investigadora prestigiosísima  de UNICEN ¿No expresa saber científico?  Ah! Pero fue acusada por el redactor de la ordenanza de hablar con “tecnicismo”.

Repiten cada vez que pueden “el Municipio es el que está cerca de la gente y por eso tiene más capacidad de resolver los problemas del territorio”,  pero…. “esto  lo tiene que resolver la Provincia”.

“No estamos para representarnos a nosotros mismos”,  dicen,  y al mismo tiempo “que se resuelva con esta composición del concejo”, como si no tuvieran la misma representación los concejales entrantes, por sus mismos espacios,  tan electos  por el pueblo como ellos

“Una Audiencia Pública llevará tres meses y el concejal que trabajo tanto se va el 10 de diciembre” ¿Desde cuándo el derecho a participar de la población y la tarea de legislar se deben subordinar a los tiempos de un concejal?

Sostienen con firmeza: “La ordenanza para Tandil es un caso especial porque aquí la actividad agropecuaria representa más de la mitad de la actividad económica del Partido” ¿Qué datos manejan? Tienen una percepción muy equivocada: el sector agropecuario es importante pero Tandil es un municipio con una economía muy diversificada. Además,  el modelo agrario dominante genera cada vez menos empleo. Y los que, a pesar de los ofensivos prejuicios de una concejala,  trabajamos o queremos trabajar, reclamamos respirar, tomar agua  y poder comer alimentos sin los agrotóxicos que introducen en el ambiente los responsables de una forma de explotación insustentable.

Lo cierto es que el concejo deliberante,  que debe representar al pueblo de Tandil, negó una Audiencia Pública (que hubiera permitido a toda la población conocer más en profundidad lo que está en juego y expresarse)  y decidió encerrado,  con custodia policial,  una ordenanza que permite fumigar a distancias ínfimas (60 o 150 metros según el dictamen) mucho menores que las establecidas por la medida cautelar del Juez Blanc (500 metros) Y encima, pretenden justificarse llamando “fundamentalistas” a quienes reclamamos.

Pretender una Audiencia Pública  y que se legisle reconociendo que el modelo dominante a base de agrotóxicos representa  riesgos para la salud de las personas y los ecosistemas no convierte a nadie en  fundamentalista. Pero considerar que  el estado no debe regular en serio a un sector con gran poder de lobby  SÍ demuestra que en el concejo deliberante hay algunos fundamentalistas de los negocios o de una idea profundamente equivocada que reduce la política a buscar consensos a cualquier precio, aun cuando  hay intereses u objetivos irreconciliables. No hay término medio entre el que envenena y los envenenados. Hay que cambiar el modelo que envenena. Existen ejemplos que demuestran que se puede producir de otra manera, más sana y más independiente de los paquetes tecnológicos basados en agrotóxicos e insumos importados. Si no saben, estudien, o al menos escuchen con ganas a la ciudadanía.

El pueblo es soberano y tarde o temprano sabrá construir representaciones más auténticas, que sean capaces de defender la salud humana y ambiental y respetar el derecho de la ciudadanía a participar. Mientras tanto, esperamos que la nueva composición del Concejo Deliberante considere realizar una Audiencia Pública a los efectos de revisar y elaborar una ordenanza superadora.