La iniciativa elevada por el Ejecutivo fue aprobada y se convirtió en ordenanza. “Todos sabemos las consecuencias dramáticas que tiene en las familias, la repercusión que genera en la comunidad y el impacto en los sistemas de salud. A raíz de la pandemia los índices han ido aumentando y esto nos interpela a todos. No hay salud sin salud mental”, dijo el médico cirujano Juan Salceda, concejal del oficialismo y presidente de la Comisión de Desarrollo Social y Salud.

Los antecedentes del proyecto aprobado en la última sesión son contundentes: América fue el único continente que presentó incremento en la tasa de suicidios en los últimos años. En la visión de los integrantes del Sistema Integrado de Salud Pública (SISP) esa tasa “es alta y preocupante”.

Las últimas cifras de suicidio en la Argentina aportadas por la Dirección de Estadísticas e Información en Salud indican que en el año 2019 se produjeron3297 defunciones por suicidio en la población general, con una tasa de mortalidad de 7,3 por cada cien mil habitantes.

Nuestro país tiene una Ley Nacional de Prevención del Suicidio. La norma vigente desde el año 2015 propone un abordaje integral de la salud basado en un modelo comunitario de atención.

Ese sistema adopta prácticas que no se centran en el individuo sino que abordan el contexto familiar y social, respetando las particularidades de cada comunidad, siguiendo principios sociales y éticos de inclusión.

Con estos antecedentes en vistas, en el primer trimestre de 2022 el Sistema Integrado de Salud Pública realizó un análisis integral de los intentos de suicidio que han sido registrados por distintas fuentes.

Todos los indicadores analizados en torno al intento de suicidio crecieron en este período: eventos en guardia e internaciones por motivos de salud mental o directamente por intento de suicidio.

Del análisis también surge el grupo etario de mayor impacto: varones entre 25 y 34 años y mujeres de 20 a 24.

“Sentimos que el Estado en todos sus niveles tiene una obligación en este sentido y por eso hemos avanzado en esta decisión política a partir del trabajo del Sistema de Salud”, explicó Salceda.

Y celebró la aprobación como parte de un proceso en marcha que se retroalimenta con estas acciones. “Esto va en consonancia con el trabajo que viene haciendo el gobierno en materia de salud mental. Ha cambiado el abordaje con la creación de dos hospitales monovalentes dedicados a la patología y la incorporación de más profesionales que trabajan el tema. Y sumó guardias pasivas con especialistas. Los médicos que hemos hecho guardia sabemos la importancia de contar con un especialista en la materia para cuando se presenta un caso a que a nosotros nos supera porque la salud mental no es nuestra especialidad”.

La estrategia local de prevención del suicidio tendrá el liderazgo del SISP e incluirá a distintos sectores relacionados con el tema.

Los objetivos son el abordaje coordinado, interdisciplinario y con participación de distintas instituciones.

El desarrollo de acciones y estrategias para sensibilizar a la población general

El desarrollo y fortalecimiento de los servicios de asistencia y la capacitación de las personas que deben tratar de algún modo estos casos.

La vigilancia y el monitoreo de las conductas suicidas, con la mira puesta en generar información ordenada, completa y oportuna que sirva para tomar mejores decisiones en materia de salud pública.