05/07/2019

Locales

Mujeres sin Techo avanza con el barrio de Estrada y proyecta nuevos emprendimientos urbanísticos

La impulsora de Mujeres sin Techo y concejal mandato cumplido por el PJ-FPV, Stella Maris “Cacha” Cena, compartió detalles de los avances de obra en el barrio que propulsa la organización en la avenida Estrada y las calles 12 de Octubre, Vélez Sarsfield y Cabildo, como así también de los nuevos emprendimientos urbanísticos que planifican en otros puntos de la ciudad.

“En Estrada, ya hemos entregado 49 de las 97 casas contempladas en el proyecto. Ahora estamos terminando 24 más y próximamente iniciaremos la construcción de las 24 restantes”, especificó.

Se dijo muy conforme con los avances logrados hasta el momento y particularmente porque una de las 24 viviendas que se están construyendo allí es adaptada a las necesidades especiales de una persona que tiene movilidad reducida.

Se trata de una casa pensada para poder realizar todas las tareas hogareñas en silla de ruedas. Cuenta con baño, cocina, pasillo, entrada y dormitorios adaptados a las necesidades de su propietaria, que es una mamá que tiene que moverse dentro de su hogar cuidando a sus hijos y realizando las tareas cotidianas de cualquier mamá.

Desde Mujeres sin Techo, Cena resaltó esto como un gran logro porque aclaró que no existen viviendas sociales adaptadas a las necesidades de una persona en particular de acuerdo a su movilidad. “Entendemos que hemos dado un paso importante porque las casas que normalmente se hacen en los barrios no contemplan esta situación”, recalcó.

Volvió luego sobre el proyecto y estimó que “para fines de septiembre estaremos terminando la construcción de estas 24 nuevas viviendas para poder entregarlas a principios de octubre a sus propietarios y calculamos que para julio estaríamos ya en el 80 por ciento de obra para solicitar los fondos para iniciar la construcción de las 24 restantes”.

Consultada sobre cómo viven desde la organización el hecho de poder materializar proyectos que permitan a cientos de familias acceder a su vivienda propia, admitió que “es una sensación extraña porque en realidad no estamos construyendo para nosotros. Por lo tanto, no tenemos la ansiedad que tiene la persona que está esperando las llaves de su casa, pero sí nos genera una gran emoción y satisfacción entender que estas familias de otra manera no hubieran conseguido su vivienda”.

Además, Cena aclaró que “hay que tener en cuenta que este proceso ya lleva seis años, es decir, hace ya mucho tiempo que nos estamos juntando con estas familias. Conocemos sus situaciones y sabemos que les han pasado muchas cosas en todos estos años. Algunos eran parejas cuando se anotaron y cuando les dimos las llaves tenían hijos. Hay muchas situaciones que hemos ido acompañando individualmente, muchas de ellas difíciles, y siempre hemos tratado de ayudarlas para que llegaran a recibir las llaves de su casa”.

Precisó luego que “el proyecto del barrio de Estrada se hizo a través de la Ley de Hábitat, que ni bien salió creo que fuimos las primeras que estábamos con las carpetas para subdividir el bloque de tierra. De hecho, las subdivisiones que estamos haciendo ahora en los proyectos nuevos van a salir todas por esa ley, pero en este caso son lotes con servicios. La construcción de la vivienda es un financiamiento que sale regularmente a través de programas que tiene el Instituto Provincial de la Vivienda, como éste que se llama Solidaridad y que se trabaja con organizaciones de la sociedad civil”.



Nuevos proyectos

Puntualmente, la impulsora de Mujeres sin Techo precisó que están trabajando en dos nuevos emprendimientos urbanísticos. “Tenemos proyectos de lotes con servicios. En este momento, estamos trabajando en dos: uno en Villa Italia, en las calles Dinamarca y Bereterbide. Se trata de un remanente del barrio Falucho, que eran 22 lotes que ya estaban subdivididos, pero que todavía les faltaba algunas cuestiones, como hacer las obras de agua, cloacas y luz. Las de agua y cloacas ya están hechas y la de luz la están haciendo ahora”, indicó.

Allí, contó que están trabajando además junto a la cooperativa El Laurel para “hacer una senda al borde del arroyo. Estuvimos mejorando el espacio, hace algunas semanas nos reunimos en el lugar e incluso estuvimos hablando con el director de Servicios comunal, Claudio Fuentes, para ver si pueden contribuir con máquinas para realizar las mejoras. También, estamos viendo la posibilidad  de poder arbolar para que el fondo de las viviendas que se construyan allí sea un espacio agradable”.

En paralelo, Cena detalló que avanzan con “otro proyecto ubicado en la zona de Sans Souci, en las calles Lauraleofú, San Felipe, Basílico y Nigro, donde el año pasado compramos una manzana con 48 familias, que ya pagaron la tierra y en este momento están haciendo un aporte en cuotas para hacer la obra de infraestructura. Es una obra que nos va a llevar aproximadamente un año y medio. En este caso, también estaríamos entregando lotes con servicios y sería autoconstrucción”.

Por otro lado, anunció que están iniciando “otro proyecto, que ya prácticamente estamos cerrando la cantidad de familias que se necesitan para poder adquirir el predio, en dos fracciones linderas a lo que estamos construyendo en avenida Estrada, que hoy son un monte, así que hay que hacer un trabajo importante de infraestructura, pero no deja de ser una oferta atractiva”.

Adelantó que la idea es “hacer allí lo mismo que hicimos en avenida Estrada, que es hacer mediante la Ley de Hábitat todo el proceso de la compra de la tierra, que será en cuotas y que se va a terminar de pagar dentro de un año y medio, y luego toda la obra de infraestructura. Y, mientras tanto, solicitar financiamiento para la construcción de las viviendas en ese lugar. Estamos estimando que estaríamos en la subdivisión de unos 90 lotes”.



Falta de políticas de viviendas

Finalmente, recordó que cuando se inició Mujeres sin Techo, lo primero que hicieron fue hacer una presentación en el Concejo Deliberante, a través de la Banca XXI, para solicitar al Municipio dos cuestiones puntuales: “en primer lugar, la creación de un registro permanente de la demanda habitacional en Tandil para poder dimensionar la situación porque nosotros habíamos recibido a un importante número de familias que buscaban hacerse su vivienda. Este reclamo tenía que ver justamente con la falta de una política de viviendas. Si bien existe un Fondo Municipal de Viviendas, nunca estuvo activo. Y en segundo lugar solicitamos que se pusiera a disposición de esas familias que se anotaran, terrenos que fueran del Estado para que la gente pudiera acceder a ellos con una cuota pagable”.

Sin embargo, las respuestas no llegaron y la demanda sigue creciendo, por lo que volvió a plantear la necesidad de que “el Estado encuentre un mecanismo que le resuelva este problema a la gente porque no estamos hablando de dos o tres familias que no pueden acceder a una vivienda, sino de miles que están alquilando y que quieren dejar de hacerlo”.

La impulsora de Mujeres sin Techo aclaró que en aquel entonces “la única respuesta que tuvimos fueron diez terrenos que tuvimos que sortear entre las 400 familias que teníamos, que eran del Plan Familia Propietaria. Se abrió el registro de demanda, pero se cerró cuando llegó creo a las 3 mil familias, y ya no está activo”.

Frente a ello, contó que desde la organización tomaron “la decisión de generar algo que nos permitiera darle una mano a esa gente. Así fue que empezamos con los primeros lotes y vimos cómo hacerlo, con mucho tropiezo e inexperiencia en cuanto a hacer un desarrollo urbano, pero lo hicimos”.

Sin embargo, reconoció que “lamentablemente en esto y siempre lo recalcamos, tenemos un sector de familias que ni siquiera con lo que hacemos pueden acceder porque no cuentan con el dinero para ingresar y que no podrían sostener tampoco en el tiempo la construcción de una vivienda”.

Sostuvo que “se trata de una problemática a la que nosotras decimos que el Municipio todavía está en deuda. Sigue habiendo un sector con el cual nosotros nos sentimos en deuda, pero en realidad es el Estado el que lo está”.

Cena planteó que “la pregunta sería: si nosotros, que somos una organización chiquita que las manejamos sólo dos mujeres, podemos ir a pedir financiamiento y el Instituto de la Vivienda considera que tenemos la capacidad de poder llevar adelante la administración de un barrio de 97 viviendas, como lo hicimos ¿Por qué el Municipio no solicita también –con mucho más respaldo y estructura- ese financiamiento en la Provincia o en la Nación?”.

“La dimensión institucional es completamente distinta –señaló-. Nosotros somos una ONG muy chiquita que funciona en mi casa y el Estado municipal tiene toda una estructura, desde lo técnico hasta lo político, para gestionar y llevar adelante la construcción de barrios”.

Además, resaltó que “hay que tener en cuenta lo que significó Mujeres sin Techo en su momento porque nuestra lucha llevó a que muchas otras familias se organizaran y se constituyeran como ONGs para poder hacer un desarrollo urbano donde tener su terreno y construir su vivienda. Fueron muchas las que salieron detrás nuestro: Docentes, Judiciales, Graduados, Pila Pila, Ecos, entre otras. Entonces, no es que no se puede. Lo que falta es voluntad política”.

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