27/05/2024
Por Lic. Ángel Orbea
Presidente del Colegio de Psicólogos de la
Provincia-Distrito VIII
No llaman la atención las alianzas entre "privados y Estado"
referidas al uso de tecnologías en redes aplicadas a la educación y a la salud.
Los desarrolladores, muy bien organizados en una suerte de think tank
simpático y hasta farandulero y avalados
por exitosas movidas, se alinean con secretarías, direcciones y legisladores de
los tres niveles del Estado para ofrecer servicios en los que no se considera
mínimamente a los destinatarios, y lo que es más grave aún, no se considera la
subjetividad puesta en juego en cada situación en la que incide la Realidad
Virtual.
Esta metodología de producir desarrollos tecnológicos de
información y comunicación variopintos para la salud y la educación con
incidencia directa en la subjetividad, condensa neoliberalismo y populismo, por
cuanto se ignora por completo al usuario y a los agentes en juego. A la hora de
las respuestas, se espera que las personas sean cosas a entretener, informar,
conectar y, lo que más delicado, evaluar.
Estas posibilidades
de conexión, sin duda, son el mayor cambio que porta el nuevo siglo. Su
nombre es globalización, su sujeto es el mercado y su dios el dólar. Puestas en
la relación entre sociedad civil y sociedad política las posibilidades que se
abren son el sueño de cualquier candidato. El marketing y las redes hoy son el
verdadero sujeto que determina las elecciones de una ciudadanía cada vez más
descreída y entregada a la sospecha y la especulación antes que al
pensamiento.
Pero conviene señalar que el uso de tecnologías en red en
educación está cada vez más cuestionado por países de los más estables y
desarrollados. Mientras que en Tandil de manera constante se busca avanzar con
la aplicación de Realidad Virtual en las
escuelas y ya está avanzado el proyecto para Salud que se concretará en una
historia clínica digitalizada y trasversal.
Como lo venimos señalando desde el Colegio de Psicólogos, la
historia clínica digital suma una serie de trasgresiones a la Ley del
Psicólogo, como al secreto profesional establecido en el artículo 12 de la Ley
de Ejercicio Profesional 10306. También estigmatiza al usuario por cuanto los
diagnósticos en Salud Mental nunca son conclusivos sino situacionales y los
registros suelen quedar de por vida. Si bien los usuarios tienen pleno derecho
de acceder a su historia clínica esto se hace en el marco del tratamiento: de
otro modo puede ser riesgoso para el paciente de Salud Mental.
Varios municipios han
llegado a presentar plataformas de consultas de Salud Mental basadas en Inteligencia
Artificial. Con múltiples argumentos, los consejos directivos de los distintos
colegios de psicólogos de la Provincia impugnaron tales proyectos que, de
concertarse serian, sin duda, una violación de la intimidad de las personas.
Mucho más grave es la aplicación de tecnologías en
educación, donde se trata de adolescentes y niños en edad de crecer, entonces
con el uso y el tiempo los estímulos virtuales llegan a producir efectos
indeseables y patológicos, como estados de ataraxia mental, retraimiento y
dependencia. Todo dispositivo que genere estímulos en los adolescentes debe
tener en cuenta lo que Freud llamó "la metamorfosis de la pubertad" que no solo
implica a las hormonas sino también a la conformación de una identificación y
del deseo sexual que se manifiesta como
una elección forzada -y muchas veces traumática- que de ninguna manera es
conveniente evitar y donde es condición el encuentro entre los cuerpos, una
situación que las tecnologías operan para evitar.
En sus presentaciones, los desarrolladores hablan de
"responsabilidad social" y del "encuentro entre entretenimiento y
educación". Lo primero es un argumento
espurio e inaplicable pues cuando hay mercado hay circulación libre de
mercadería, no responsabilidad. En esto pasa lo mismo que con el uso del
cannabis, está para los grandes pero ¿para los pibes qué?
Si bien es una verdad
incuestionable que el uso de redes entre los pibes es netamente placentero,
el entretenimiento se impone sobre el
aprendizaje entonces los pibes aprenden todo sobre el manejo de redes, avanzan
con vocabularios de amplio espectro, pero se les vacía el cuerpo, llegando a
tener pánico frente a los encuentros reales. También aprenden pero para
olvidar, porque el aprendizaje en contextos de redes da dominio pero no
pensamiento. Un dominio imaginario, ritual y sin afectación.
Por lo expuesto, como profesional de la Salud Mental no estoy en contra de las tecnologías ni de
la RV, pero sostengo que su aplicación
por parte del Estado en alianza con el privado cuando involucren actividades
intimas de las personas y estén en manos de adolescentes y niños tiene que ser
debidamente evaluada y tratada a partir de los efectos en su llegada a esos
usuarios, que por diversos trances de vida pueden quedar tomados bajo una
manera adictiva y hasta psicopatológica.
Para eso debe darse un debate serio, productivo y
argumentado de todos los sectores involucrados, algo que a la fecha no está
sucediendo en Tandil y, en consecuencia, se estaría endosando un futuro aún más
incierto a nuestros jóvenes y pacientes de Salud Mental.
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23 de abril de 2025 16:04