23/12/2024
El procedimiento se dio en el marco de la causa que investiga al exentrenador de jóvenes tenistas por posible explotación sexual, lesiones y abuso.
La Justicia federal ordenó un allanamiento en la casa de
Raúl Pérez Roldan, acusado por su hijo de lesiones, reducción a la servidumbre,
administración fraudulenta, trata de personas y lavado de dinero. Precisamente
fue sobre ese último delito donde el juez federal de Azul puso la mira en las
últimas horas y secuestro en la vivienda de Tandil una serie de documentos vinculados
con la Sociedad Bakota S. A, el vehículo a través del cual el acusado habría
apropiado del dinero que el deportista había ganado en su carrera profesional.
El procedimiento se llevó adelante por orden del juez
federal Gabriel Di Giulio y la fiscalía de Santiago Eyherabide a instancias de
la querella, en manos del abogado Juan Ignacio Pascual. Se llevaron libros y
documentos que apuntan a corroborar cómo fue la ruta del dinero.
En 2021, Guillermo Pérez Roldán, una de las promesas de ese
deporte durante la década del 80 y 90, reveló los tormentos que sufrió cuando
era menor de edad a manos de su su padre. Raúl Pérez Roldán no solo se
encargaba de entrenar a su hijo para exhibirse en una cancha. Había sido
avalado por la Asociación Argentina de Tenis para llevar adelante el centro de
entrenamiento de menores en Tandil que, según la denuncia, se basaba en la
violencia física y psicológica. Cuando los chicos no mostraban el rendimiento
esperado, se ponía en juego el sistema de castigos.
Los tormentos de Guillermo incluían golpes con cinturón, con
palos, con toalla mojada o directas trompadas a mano cerrada o abierta.
"Era tal el temor reverencial que tenía frente a mi padre que nunca a lo
largo de todos los años tuve el valor de responderle y menos aún agredirlo
físicamente o enfrentarlo. Me encontré en un estado de sometimiento
absoluto", dijo el tenista retirado ante la Justicia cuando presentó su
denuncia.
"Una vez, luego de perder un partido contra el alemán
Tore Meinecke, cuando entró a la habitación me dijo que subiera arriba de la
cama y me empezó a pegar con un látigo hasta que se cansó. Ahí fue una de las
pocas veces que me doblegó: le pedí que frene porque me dolía demasiado.
Finalmente paró de pegarme con el látigo. Pero me agarró de los pelos, me metió
al baño con violencia y me metió la cabeza adentro del inodoro y tiró la cadena
como diciéndome: 'sos una mierda'". El relato es parte de la denuncia que
hizo Pérez Roldan hijo.
Fue tal la pesadilla que vivía que dos veces pensó en
suicidarse. La primera a los 17 años cuando cargó dos balas en un arma que le
había regalado su abuelo. "Todo el mundo pensaba que era una persona
exitosa pero yo vivía otra realidad, una vida de subordinación hacia mi padre
con maltratos físicos y sufrimientos psíquicos sin solución de continuidad. Así
fue que disparé dos veces el arma y no salieron las balas". La segunda vez
apretó el acelerador de su auto a toda velocidad en una curva. Quería terminar
con su pesadilla.
Según la denuncia, hubo una segunda parte del "plan":
Raúl Pérez Roldan se encargó del "apoderamiento de los beneficios
económicos obtenidos como consecuencia de la perdida de mi libertad personal: a
mi persona y al patrimonio de mi familia. Es decir, de esta forma materializó
el segundo tramo de su plan criminal y luego vendría la administración infiel
de esos bienes y la puesta en circulación de los bienes ilícitamente obtenido
en el mercado con apariencia de licitud". En esa acusación el tenista
también implica a su madre. Dejó de jugar en 1993. Al año siguiente ya no tenía
un peso.
La acusación sostiene que los delitos fueron cometidos como
parte de un plan criminal trazado por el acusado que para someter a su hijo a
un entrenamiento deportivo a bases de maltrato físico, psicológico y
humillación, y así controlar cada uno de sus movimientos. A su vez, se encargó
de administrar discrecionalmente y sin rendir cuentas las cuantiosas ganancias
económicas obtenidas por la víctima producto de una exitosa carrera deportiva.
En ese contexto Raúl Pérez Roldán administró y se apoderó ilegítimamente de las
ganancias de su hijo como jugador profesional de tenis y las puso en
circulación en el mercado nacional por intermedio de la sociedad BAKOTA SA - al
adquirir inmuebles en la provincia de Buenos Aires- y depositar aquel dinero en
el banco internacional INDOSUEZ de Montecarlo y en otros bancos en Suiza.
Según trascendió, a la causa llegó información del exterior
que avalaba la hipótesis planteada y que, por el momento, resultaba
confidencial. En ese contexto, la fiscalía solicitó una orden de presentación
en la casa de Pérez Roldan padre, en la calle Moreno de Tandil, pero la
querella se opuso. Una orden de presentación es invitar a alguien a que
entregue las pruebas que se están buscando y, en este caso, el invitado era un
acusado. Por eso la querella reclamó que el procedimiento se llevara adelante
como un allanamiento.
"Habida cuenta los hechos investigados y que existen
motivos para presumir que en el referido domicilio podrían encontrarse los
libros de actas, balances contables y toda la documentación relacionada con la
firma Bakota S.A., cuya recolección deviene necesaria para avanzar en la
investigación (art. 224 CPPN), el registro domiciliario deviene procedente.
Debo señalar que la orden de presentación no resulta admisible si su
destinatario es el propio imputado, habida cuenta que la importa importa una
orden o mandato imperativo que no compatibiliza con la garantía de
incoercibilidad prevista en el art. 18 de la Constitución Nacional",
admitió el juez.
"No se me escapa que la medida procura evitar los
efectos de un registro domiciliario de mediar un aporte voluntario del material
requerido. Esta solución puede igualmente procurarse poniendo con conocimiento
del imputado, en oportunidad de efectivizarse la medida, que el aporte
voluntario de la documentación", se añadió. "Por consiguiente,
ordenaré el allanamiento (...) el cual tendrá por objeto exclusivamente el
secuestro de los libros de actas, balances contables y toda la documentación
relacionada con la firma Bakota S.A", se añadió. El material ya está
siendo analizado por los investigadores judiciales. Según se había señalado
inicialmente, el perjuicio para el extenista profesional sería unos 5 millones
de dólares.
Fuente: Infobae
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