El 21 de septiembre se realizó el 8vo sorteo del programa Mi Pieza, de la Secretaría de Integración Socio Urbana. El mismo alcanzó en esta ocasión a un total de 50640 beneficiarias en todo el país. El Programa alcanza a mujeres y disidencias mayores de 18 años, que residen en Barrios Populares y cuentan con Certificado de Vivienda Familiar.

En nuestra ciudad el programa ya ha llegado a centenares de familias de los 10 barrios inscriptos en Renabap. Y en esta ocasión 95 familias más podrán realizar ampliaciones o mejoras en sus hogares. Lo que implica una asistencia de 57 millones de pesos que generan trabajo y mueven el comercio de cercanía.

El concejal Juan Arrizabalaga señalo que, ‘‘estas políticas de Integración han implicado también una serie de obras de infraestructura para extender las redes de servicios de agua y cloacas, veredas, arbolado y espacios comunitarios; junto a más de 500 conexiones domiciliarias nuevas y seguras de agua, cloacas y luz’’

Recientemente se ha conocido un informe del Observatorio de la Deuda Social acerca del impacto de la implementación del programa en sus primeras ediciones. La evaluación cuenta con varias aristas, entre las que se considera la perspectiva de las beneficiarias, el impacto local y la incorporación de la perspectiva de género en la implementación de políticas públicas.

De los datos relevados se observan resultados favorables en términos de mejoras estructurales de las viviendas que se manifiestan en el incremento de ambientes, mejoramiento del servicio sanitario y del estado general de la vivienda. El mismo informe afirma que estos aspectos tienen un impacto positivo en la calidad de vida de las beneficiarias y sus familias que abarcan distintos aspectos, como la mejora en el descanso, en las relaciones familiares, en la seguridad y en el bienestar general. En este sentido, el 86% afirmó que la obra realizada disminuyó sus preocupaciones con respecto a la seguridad física de la vivienda.

Por otra parte, el informe sostiene que la Línea Mi Pieza, a través de la asistencia económica, incentivó la toma de decisiones por parte de las mujeres y su participación activa en las obras, fortaleciendo el rol protagónico de las mujeres de los barrios populares. En una de cada tres obras trabajó al menos una mujer.