04/06/2025
Organizaciones de mujeres y disidencias marcharon, este martes, por las calles de la ciudad al cumplirse el décimo aniversario de la primera movilización.
La Mesa Intersectorial de Prevención y Abordaje de la
Violencia Familiar y por razones de Género de Tandil, realizó distintas
actividades e intervenciones artísticas durante la tarde en la Plaza Independencia.
Alrededor de las 19 horas realizaron la marcha por las
distintas calles céntricas de la ciudad
El colectivo "Ni una menos" a través de distintas voces expresaron
su reclamo con la lectura de un documento:
"¡Diez años de salidas colectivas, diez años de lucha
feminista en las calles!
Hace 10 años salíamos masivamente a las calles por el
femicidio de Chiara Paez, de 14 años, que fue asesinada por su novio en Rufino.
Este hecho que conmovió a todes, nos encontró con nuestros carteles, poniendo
nombre a lo que muchas y muches hemos vivido, pero molestó a quienes no querían
que hablemos de patriarcado, a quienes también hoy, nos quieren calladas, a
quienes defienden un sistema que nos disciplina, nos empobrece y nos mata.
Sabemos recuperar experiencias y tenemos el ejercicio de la
memoria colectiva, como estrategia. Tenemos el compromiso de imaginar unas
vidas futuras menos injustas y sin violencias. Y porque no le esquivamos a las
urgencias, decidimos interpelar el presente.
Nuestro movimiento es amplio, diverso, abraza a todas las
luchas. No arrancó en 2015, no fue una moda, es un movimiento que se gesta en
las broncas históricas de nuestras ancestras. En un mundo que nos quiere hacer
creer que luchar no vale la pena, nosotras y nosotres sabemos que los derechos
con los cuales nacimos se los debemos a quienes nos antecedieron, que se
dispusieron a entrar en la historia a los codazos, que imaginaron estrategias,
construyeron alianzas y dieron los debates necesarios en ámbitos
institucionales/parlamentarios, pero también se enfrentaron a un sentido común machista
en las propias familias, en grupos de amigues y en ámbitos laborales.
Nuestra lucha nace de la rabia colectiva que hoy nos
encuentra nuevamente respondiendo a los permanentes ataques del sistema
patriarcal y defendiéndonos del neoliberalismo cruel hoy promovido por su mejor
títere: Milei.
Como cada 3 de junio salimos mujeres, lesbianas, travestis,
trans, marikas, masculinidades trans, familias también, salimos todes porque
sabemos que lo que repudiamos no es solo la violencia más extrema de los femicidios,
travesticidios y crímenes de odio al colectivo LGBTTIQ+, es todo el entramado
de violencia machistas que hacen nuestras vidas más precarias.
¡Por eso hace años decimos que nos queremos vivas y libres!
Pero nuestra libertad no es la del mercado y sus falsas ofertas; rechazamos la
libertad como trampa que perpetúa desigualdades. Reivindicamos la libertad de
decidir sobre nuestros cuerpos, la libertad de desear sin estigmas, la libertad
de circular sin acosos, de no convivir con agresores, la libertad del uso del
tiempo y del disfrute, del activismo, del arte, de la crítica a los modelos de
vida jerárquicos, opresores y extractivistas de nuestras energías.
La libertad que buscamos reconoce la urgencia de dar batalla
a las desigualdades de género y de ampliar ciudadanía en el goce de derechos
para las mujeres y la comunidad LGTBIQ+. La libertad que convidamos y que hemos
aprendido a anhelar es la que nos permitirá combatir la violencia estructural.
Una libertad que lejos de ser una idea abstracta se cimenta en prácticas
democráticas y requiere de políticas públicas concretas.
Para nuestro movimiento, cada 3 de junio es un hecho
político. Llegamos a esta plaza y a estas palabras, con discusiones enfáticas,
con diagnósticos variados, con muchas lecturas y análisis, buscando un consenso
sin desconocer las diferencias.
Nos organizamos para hacer reclamos y pedir transformaciones
en el sistema político, le hablamos al poder judicial, al ejecutivo y al
legislativo. Pero también, y no menor, esta plaza es una posibilidad de
encuentro y de ampliar el diálogo. El encuentro en esta plaza nos trastoca el
cuerpo al sabernos parte de un cuerpo social mayor: nos permite reconocer las
violencias que vivimos, las que vivieron otras y otres. Nos comprometemos en
cada abrazo y en cada mirada que cruzamos, entre quienes nos conocemos y con
quienes no, a nunca bajar los brazos. Nos sabemos parte de una lucha en común,
aún en nuestras diferencias, porque somos hijas e hijes de los encuentros
plurinacionales que hace más de 30 años nos enseñan que nadie debe quedar
afuera en la lucha contra el patriarcado.
En muchos lugares del país, se resolvió salir el día de
mañana, acompañar a la lucha de jubilades. Desde nuestra ciudad también decimos
basta de crueldad, basta de represión, basta de hambre para les adultes
mayores.
Nuestro movimiento abraza las luchas por mayores garantías
estatales para las personas con discapacidad y quienes atraviesan sus vidas con
enfermedades crónicas, acompaña la defensa de los territorios de pueblos
originarios, se hace presente en las ollas populares y los espacios
comunitarios de sostén y de cuidados, se compromete en sostener los reclamos
por mejores condiciones laborales para quienes trabajan en salud y educación,
para quienes se ocupan cada día de la crianza.
Nuestro movimiento apoya las reivindicaciones por mayor
presupuesto para ciencia y tecnología y hace un contundente llamado a no
desfinanciar la educación pública en ninguno de sus niveles. Seguiremos
defendiendo la ESI, la ley de identidad de género y la implementación de todas
aquellas leyes que garanticen vidas libres de violencia.
Celebramos los 20 años de la Campaña por el derecho al
aborto legal, seguro y gratuito y frente al intento de deslegitimar este
derecho con el discurso de la culpabilidad por la baja tasa de natalidad
volvemos a sostener la búsqueda de maternidades deseadas y posibles.
El problema no es el aborto, el problema es el hambre, el no
acceso a la vivienda, la desocupación y la precariedad que impiden planificar
nuestras vidas y proyectar futuros dignos.
Por eso, ahora más que nunca, cuando la ofensiva patriarcal
y neoliberal se recrudece desde el poder, decimos que no da lo mismo, tenemos
que ocupar la calle, disputar el espacio público. A quienes pretenden
disciplinarnos, desorientarnos, nos quieren calladitas, calladites en nuestras
casas, sepan que acá hay un fuego colectivo que sabe de su historia y que jamás
va a claudicar.
¡Porque en nuestro ADN transfeminista está también la furia
trava que sabe dar batalla! Celebramos que hoy nuestra asamblea sea
transfeminista, que seamos parte también quienes motorizamos cada marcha del
orgullo en nuestra querida ciudad. Porque sabemos que lo que nos horroriza,
también nos activa, hoy salgamos a marchar para que nuestro mensaje se escuche
fuerte y claro:
Hoy nos vamos con la tarea de redoblar esfuerzos para que nuestras
casas, nuestros espacios de trabajo, nuestras calles estén libres de
violencias. ¡Porque vivas, libres y desendeudadas nos queremos!".
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