Cuando Frank Darabont escribió Sueños de libertad, la película basada en el cuento de Stephen King, que muestra la vida del interno Andy Dufresne, un apasionado por la literatura y la música clásica, en una prisión de Estados Unidos en 1947, José Martín Delgado era un estudiante más de Rauch y nada hacía suponer el cruce de estas historias. Sin embargo, los caprichos del destino hilvanan tramas que sorprenden e iluminan.

Director de cine, fotógrafo y trotamundos, “El Cevo”, como lo bautizó un compañero de la escuela primaria “por ser más feo que una cevolla – sí, esa v, usó aquel pibe malvado- entusiasma a sus colegas y a los habitantes del Unidad Penitenciaria 7 de Azul para seguir produciendo cine en lugares donde los rayos de sol son escasos, pero en donde gracias a la imaginación crece la luz.

“Nadie logra nada solo. A mí equipo aventurero lo integran Analía Umpierrez, Érica Lanzini, Betty Troiano, Claudia Castro, Clarisa Capdevila y Mil Lunas, Extensión Unicen”, dice el graduado de la Facultad de Arte de la casa de estudios con sede en Tandil y fuerte impacto en la región.

“El Taller cuenta con clases de cine, guion, fotografía y montaje. Una vez por mes miramos un cortometraje y después conversamos con un director de cine. Siempre estamos en contacto con profesionales de diversas ciudades del país y amplia experiencia en la industria audiovisual”, cuenta Delgado.

Además, señala que “recientemente nos propusieron proyectar una película en el Festival de Cine de Tandil. Elegimos ´Yo sé lo que envenena´. Fue maravilloso. Nos juntamos con los actores de ese trabajo; Carla Martínez, autoridad del Inca en nuestra ciudad, y los estudiantes debatieron con los protagonistas. Estuvo Gustavo Pardi, un actor muy valorado en el país y el exterior. Fue una jornada muy enriquecedora”.

El 8 de noviembre Delgado seguirá rodando en las Unidades 38 y 2 de Sierra Chica, donde junto a las nuevas escenas seguirán creciendo los sueños de libertad, como los que brillantemente exhibió Tim Robbins en dupla con Morgan Freeman. De vez en cuando, el parecido entre los sucesos y personajes retratados en la pantalla y los hechos reales es una bella coincidencia.